Esclusas
Graciosa nos dijo a Espejo y a mí, antes de irse a Libertad, que observaba sus fotos de más joven, y se veía hermosa. “¿Por qué veo ahora lo hermosa que era entonces? ¿Por qué no lo vi a su tiempo?”
Hoy me desperté con la imagen de ella, haciéndose aquellas preguntas. “¿Por qué no lo vi a su tiempo?”... Y me doy cuenta de ese desfase entre la perspectiva y la realidad, me doy cuenta de esa brecha. Quizás, por primera vez, no encuentre en esa brecha una enemiga, sino un elemento tremendamente nutritivo para mi experiencia de vida. Sin esa brecha, quizás, no podría tener la conciencia que se genera de la brecha misma.
Esa brecha contiene una visión de uno mismo en la que se auto-anula, se menos-precia... quizás nos olvidamos de la función de aquella auto-anulación, así que, nos dedicamos a combatirla. Pero ¿qué función tiene?... me pregunto... y la pregunta genera una inclusión de la brecha misma, y de la auto-anulación misma, que, sintiéndose contemplada con interés desconocido, desactiva una parte de su función de “bruja mala” de la película.
Aquella resistencia abre un rayito de luz en la compuerta de la sensualidad. El individu@, en su femenino, entonces, no se siente forzado a ser “sexy”, sino que permite el Riego de un río que había bloqueado dentro de sí, al asumir el RieSgo de caminar incluyendo esa brecha que negó.
Más allá de la esclusa, la libertad tiene un sabor desconocido. No pertenece a algo por lo que haya que luchar, sino que le pertenece a la esencia de la rotación de las preguntas, al interés con el que nos asomamos a las partes rechazadas, le pertenece al campo que contempla la función de lo que antes anhelamos destruir.
(Actualizaciones de Divina Buenaventura Estupefacta)
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Esa brecha contiene una visión de uno mismo en la que se auto-anula, se menos-precia... quizás nos olvidamos de la función de aquella auto-anulación, así que, nos dedicamos a combatirla. Pero ¿qué función tiene?... me pregunto... y la pregunta genera una inclusión de la brecha misma, y de la auto-anulación misma, que, sintiéndose contemplada con interés desconocido, desactiva una parte de su función de “bruja mala” de la película.
Aquella resistencia abre un rayito de luz en la compuerta de la sensualidad. El individu@, en su femenino, entonces, no se siente forzado a ser “sexy”, sino que permite el Riego de un río que había bloqueado dentro de sí, al asumir el RieSgo de caminar incluyendo esa brecha que negó.
Más allá de la esclusa, la libertad tiene un sabor desconocido. No pertenece a algo por lo que haya que luchar, sino que le pertenece a la esencia de la rotación de las preguntas, al interés con el que nos asomamos a las partes rechazadas, le pertenece al campo que contempla la función de lo que antes anhelamos destruir.
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