Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2014

Evangelio perdido: La rendición de Divina

Imagen
Creo que, poco a poco, uno se va cansando de sufrir. El vaso del dolor se va llenando, y llega un día en el que las gotas siguen cayendo, pero ya el recipiente es incapaz de contenerlas, porque rebosó. Ese día la vida toma otro carácter, otra textura, una nueva densidad; ese día uno deja de pedir aprobación, de buscar la mirada de aceptación en el otro; ese día uno deja el miedo aparcado en un reducto visible, para poder observar cuándo tiene intención de salir a pasear. Ese día uno comprueba que ya ni siquiera tiene fuerzas para detener el pánico, y es entonces cuando el pánico acampa a sus anchas por un cuerpo agotado, exhausto de tanto caminar. Y uno ve que el miedo es simplemente una ola que viene y va.  El impulso se detiene, observa, contempla, se rinde, se rinde a lo único verdadero que conocemos: que todo pasa, que nada es permanente, que todo es viento en constante movimiento. Nos asimos de lo perecedero como quien pretende contener el desierto en una cajita de mús