Creep

"Esa sensación, se repetía una y otra vez, cada cierto tiempo. Soy alguien detestable. Cada cierto tiempo. Ante alguien especial.  Ante una situación en la que no te sabes comportar. Ahí estaba de nuevo. Soy alguien detestable. Ante alguien a quien amar que se te escapa, que se te va... Soy alguien detestable.

Una y otra vez buscar en el armario de los remedios uno que me sirviera para no sentirme así, tan jodidamente detestable.

Y aquellos esfuerzos por no ser... la bebida, el aditivo que tomé... para no ser así... para no sentirme como me sentía... eran inútiles, eran las palas que cavaban mi fosa más y más profundo.

Sé alguien detestable, juega a ser alguien detestable.

Juega a la impotencia de no obtener lo que buscas. No pelees más. No luches más...

Lo hago, porque no me queda otra... porque no tengo salida... porque, ahora veo, jamás fui libre de elegir otra cosa. Porque no había forma de superar, cambiar, modificar o reformar al bicho raro dentro de mí.

Trampas par cambiar, trampas para mejorar, las trampas del “tú puedes, ánimo, sal a la calle, que hace sol, y cómete el mundo”... y el bicho raro sigue ahí... tarde o temprano te dirá, tú no puedes...

Sé alguien detestable. No queda otra.

Sé alguien detestable y descubre la belleza del abrazo amoroso que todo lo incluye.

El detestable también está incluido."

Los Evangelios Apócrifos de Divina Buenaventura Estupefacta: Los Manuscritos del Mar Revuelto