La Ira del No


El No, esa en apariencia insignificante palabra de dos letras, comienza las revoluciones. Pero si lo aplicas ahí afuera, mientras sigues diciendo Sí a cada pensamiento que te viene a la cabeza, la revolución no puede ser de otra forma que un desarrollo violento, repetido, conocido...

Pero si ese No se torna hacia dentro, si es un No a ti mismo, a las estupideces que te dices a ti mismo, a las tontas preocupaciones que te asaltan al amanecer, y que van contigo todo el día mientras te dicen cómo tienes que solucionarlas; entonces ese No es una bomba atómica abstracta que mata posibilidades enfermas de tu mente, mientras te mantiene vivo. Es bomba de racimo, porque es imposible que un cambio semejante en una persona, no modifique inevitablemente lo que está a su alrededor. Se expande igual que hace con la muerte una bomba concreta, pero ésta lo que expande es la vida, y la conciencia de la vida.

Ese No nace a veces con mucha rabia, porque nace de sentirse apretado, sentirse pequeño, sentirse herido, manipulado.... y esa IRA rabiosa será tu combustible para atravesar el muro de los lamentos de tus pensamientos, de tus valores, de las frases que te dirán: “cuidado, no se salga usted del molde!”.

No desprecies a la Ira, pero no te quedes navegando en ella.  Porque el que afianza su identidad en ella se acaba haciendo un T Ira No, y desde ahí el nuevo impulso No Tira.  Pero si la ira es solo un motor que el amor guarda en esta forma intensa para empujarte a caminar, entonces Irá usted a otro tipo de lugar.

Así que, cuando venga el No, ábrele la puerta; pero no le dejes que sea simplemente un No externo; no permitas que tu No cobre vida propia y se haga un recaudador de derechos; un protestador de actitudes ajenas; no dejes que te conforme una nueva identidad, porque nunca se trató de eso. Siempre se trató de poner tu identidad como moneda de cambio, aunque nunca antes te diste cuenta.

No doy mi vida por mis semejantes porque, a estas alturas, no hace ninguna falta; pero sí estoy dispuesta a dar mi identidad.

Así que, cuando digas No a todo lo que se te pasea por tu cabeza con la intención de individualizarte, te darás cuenta de que es imposible volver a vivir como vivías diez minutos atrás.

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