Mirada Horizontal

Después de caer en una profunda angustia por los acontecimientos de la vida, me preguntaba una amiga: ¿en qué te puedo ayudar?.

Lo único que le contesté fue: “no me mires con pena, y si tienes pena para mirarme, haz el logro de hacerla a un lado, para mirarme desde otra parte, como a tu igual, aunque en estos momentos esté pasando por este trance. Esa será para mí una gran ayuda. 

No intentes ayudarme solo desde lo que tú crees que me pasa, porque es posible que, aunque te parezca que lo ves muy claro, no tengas ni idea de lo que me pasa. He probado con las soluciones de unos y otros, pero todas me suenan ajenas, y no me encajan. 

Es posible que lo único que necesite es alguien que me permita expresarme sin tratar de ayudarme, sin terapeutizarme, sin espiritualizarme, sin globalizarme, que no sienta pena por mí, que no busque señalarme todo el tiempo los errores sobre por qué él o ella cree que me va mal, y no puedo salir de este pozo. Más bien, que me ayude a expresar todos los errores que suelo tratar de esconder. Alguien con quien poder expresarme en toda mi linealidad, con todos los marcadores ancestrales que porto, sin ser señalado por ello. Alguien que no sea el fiscal de mi situación, eso sí, con la mejor de sus intenciones. Porque lo más probable es que, mientras me escuche decir todo aquello, yo misma me dé cuenta de desde dónde estoy hablando. 

Alguien que no quiera ponerse la medalla de haberme ayudado a salvarme. Alguien que, simplemente, me mire como un ser humano le mira a otro desde el amor. Es posible que así, si te hablo y tú me escuchas con frescura, porque me quieres, y porque me permites estar atravesando todas mis distorsiones, yo misma me dé cuenta de lo que preciso. Solo mírame como si yo fuera otra expresión de tu misma persona. ”

Divina Buenaventura Estupefacta
"Yo también soy Cercei Lannister"
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