Naturaleza viva


                                             Imagen de Andrey Yakovlev y Lili Aleeva


No tengo un par de zapatos para ir de fiesta.
No tengo vestido de domingo, ni abrigo para ocasiones importantes.
Nunca me gustó reunirme con otras mujeres a hablar de cosas de mujeres, ni salir de tiendas.
No gasto dinero en pintauñas ni en cremas hidratantes.
No celebro “el día de”, ni hago fiestas de cumpleaños. No doy sorpresas a nadie con regalos inesperados; pero sí soy capaz de esperarte durante horas para acariciar tu piel bajo un rayo de sol.

Durante mucho tiempo intenté adaptarme a las costumbres femeninas sociales, hasta que el esfuerzo me llevó al colapso. Creía que ser mujer pasaba por adaptarse al modelo de ser independiente, segura, que no se aferra emocionalmente al hombre y que tiene sexo rápido y desapegado el fin de semana. Creía que debía ser feminista, femenina y otras miles de cosas que no veía ni de lejos dentro de mí. Creía que algo erróneo había en mi interior, así que, de alguna forma lo forzaba, lo intentaba, trataba de ser como no soy, para adaptarme, para ser querida, para recibir lo que por mí misma era incapaz de encontrar. De este modo, la supuesta mujer independiente era un caso de dependencia extrema. Dependiente de cualquiera que tuviera a bien alimentar esa necesidad.

Después de muchos años y tormentos, después de muchos intentos de hacer un cuadrado con el círculo, comenzó a brotar la naturaleza, con sus fuertes raíces abrazadas a tierra fértil, rompiendo arrolladoramente lo que interrumpía su natural desarrollar.

Todos te dicen que seas tú mismo, incluso tú te lo dices, y se lo dices a los demás; pero solo aquellos que han vivido el momento de entregar sus ramas al aire, tal y como son, mostrándoselas al viento, y al sol, y a las inclemencias del tiempo... solo aquellos que han retirado algunos de los velos que tapan su verdadera esencia, pueden entender pueden entender la grandeza indescriptible de mostrarse tal y como uno es.

No bastan las palabras... para ser libre, no basta con hablar de libertad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Macbeth (Evangelios Apócrifos de Divina Buenaventura Estupefacta)

¿POR DÓNDE EMPEZAR? Guía para Libros Unkido